¿Sabes cuáles son los impactos más comunes en la Sexualidad tras el Abuso Sexual?

Por Nicole Baumgartner L.

¿Cómo se ve afectada la sexualidad después del abuso sexual?

Ésta es una pregunta frecuente de las personas sobrevivientes de abuso sexual.

¿Será esto que me pasa con mi sexualidad una consecuencia del abuso que viví? ¿Le pasará a otras personas? ¿Seré sólo yo?

Muchas veces puedes estar viviendo tu sexualidad con algunas dificultades sin tener la claridad de cómo eso es una huella del pasado.

Una vez una mujer en la consulta me dijo: “no sabía que eso que me pasa con mi sexualidad tenía que ver con el abuso, pensé simplemente que algo estaba mal en mí”. Y resultó ser un alivio para ella saber que ese malestar sexual era producto del abuso y que se podía trabajar.

Si bien el haber sobrevivido al abuso sexual no necesariamente implica un determinado impacto, hay ciertas afectaciones más frecuentes que pudieses estar viviendo en tu sexualidad tras el abuso sexual. A su vez, la sexualidad se construye en base a diversas experiencias: la violencia sexual es una de ellas, dentro de muchas otras. El cómo vivamos nuestra sexualidad hoy será la respuesta a un entramado variado de vivencias y aprendizajes. Así que la invitación es a que mantengamos esa mirada amplia.

Una vez dicho eso, revisemos a continuación los impactos más frecuentes en la sexualidad tras el abuso sexual:

  • “Me cuesta disfrutar y sentir placer durante el sexo”

Dificultad para disfrutar y sentir placer en la actividad sexual.

Tu sexualidad puede haber quedado teñida por el abuso sexual. El sexo puede ser visto como algo peligroso o negativo, equiparándolo al abuso sexual. Puedes relacionar el placer con culpa, vergüenza, dolor, miedo, rabia, ansiedad o asco.

“El sexo me parece sucio y dañino, me cuesta separarlo de lo que me pasó y no la paso bien. Me angustio cuando siento excitación y eso me apaga”.

  • “¿Quién necesita sexo de todos modos?”

Poco interés, evitación y rechazo hacia la actividad sexual.

Una forma de manejar la intensidad de sensaciones, emociones y memorias que pueden surgir durante el sexo es evitarlo en su totalidad. Esto te puede llevar a evadir cualquier situación que pueda conducir al sexo, como el conocer a alguien, el contacto corporal y la cercanía física.

“Viviría mucho mejor en un mundo donde no existiese el sexo”.

“Cuando sé que puede darse una oportunidad de algo sexual me da ansiedad, así que prefiero alejarme. Me afecta, porque me gustaría poder disfrutar de mi sexualidad”.

  • “¿Sexo como obligación?”

Dificultades para decir que no al sexo.

Durante el abuso sexual tu consentimiento no fue respetado, por lo que puede ser difícil para ti hoy expresarlo.

A veces puedes tener relaciones sexuales cuando realmente no quieres o realizar ciertas prácticas sexuales que preferirías no hacer. Puedes tener sexo por el otrx más que por ti mismx, haciéndolo por obligación y como un deber. Hacer algo sexual que no quieres en base al deseo del otrx puede llevarte de nuevo al lugar del abuso, aumentando tu malestar y sintiéndote afectadx emocionalmente después del sexo.

“Siento la obligación de complacer a mi pareja y aunque yo no quiero, lo hago igual.

Siento que tengo que cumplir y yo me dejo a un lado”.

  • “El sexo como el único camino”

Dificultades para cuidarte, poner límites y sensación de pérdida de tu poder de defensa y protección al tener un acercamiento sexual.

Corres riesgos, te es difícil discriminar con quiénes compartirte o estás excesivamente disponible. Durante el abuso no fuiste invitadx a establecer tus límites, por lo que puede ser difícil para ti hoy establecerlos y distinguir cuáles son tus necesidades.

“Tengo relaciones sin protección si la otra persona me lo pide”.

“Tuve mucho sexo cuando en realidad quería afecto. Después me sentía usadx, sucix, vacíx… me sentía así porque no reconocía mis propios límites y deseos”.

  • “¿Qué quiero yo en el sexo?”

Dificultades para reconocer y comunicar tus deseos y necesidades.

Durante el abuso sexual lo que sentías y querías no fue escuchado ni respetado. A su vez, el abuso sexual suele ser silenciado y llevado en secreto mucho tiempo. Esto puede acompañarte luego en tu vida sexual, poniendo al sexo en un lugar de secreto y vergüenza, por lo que no expresas lo que necesitas o incluso lo desconoces.

“Me acostumbré a no escucharme, a no decir lo que quiero. No sé ni siquiera qué es lo que me gusta ni lo que deseo”.

  • “El pasado tiñe mi sexualidad presente”

Recuerdos, emociones, sensaciones e imágenes perturbadoras del abuso sexual pasado aparecen e interfieren en tu experiencia sexual presente. Estos son los llamados “flashbacks”.

Puedes así sentir reacciones automáticas desagradables y negativas ante el contacto corporal y sexual. Por esto puedes llegar a evitar las relaciones sexuales, el acercamiento a potenciales compañerxs sexuales, el contacto corporal o tomar alcohol u otras sustancias para intentar relajarte durante el acto sexual y así no sentir estos recuerdos.

“Durante el sexo siento una emoción que me desborda, me pongo a llorar y no entiendo bien qué me pasa”.

“A veces durante la relación sexual me vienen imágenes del abuso y trato de mirar a mi pareja para notar que no es esa persona”.

  • “Fuera de mi cuerpo”

Desconectarte y no estar del todo presente en el encuentro sexual.

Observarte desde fuera, “irte” a otro lugar mentalmente, estar emocionalmente distante, no presente y dejar de sentir.

“Tengo dificultades para sentir sensaciones durante el sexo, es como si se me adormeciera el cuerpo o como si no estuviera realmente ahí. Me voy”.

  • “¿Puedo volver a confiar?”

Sientes temor de ser agredidx sexualmente de nuevo, inseguridad y desconfianza con otrxs.

Por eso puedes tener dificultades para abrirte, generar intimidad y cercanía con otras personas.

“Me cuesta tener una relación profunda con alguien, como si tuviera un muro. Me da miedo que me hagan daño, sentirme vulnerable”.

“Evito conocer a alguien y acercarme, porque no sé cómo saber si puedo confiar”.

  • “¿Fantasías no deseadas?”

Fantasías no deseadas se entrometen en tus experiencias sexuales. Pensamientos o imágenes sexuales intrusivas o que perturban aparecen sin tu control, muchas veces relacionadas a situaciones abusivas.

Fue muy enriquecedor cuando, en un encuentro grupal sobre la sexualidad tras el abuso, una valiente mujer sobreviviente se atrevió a compartir algo que guardaba en secreto dentro suyo con vergüenza y enjuiciamiento: “cuando me excito o para excitarme tengo fantasías sexuales con situaciones donde soy violentada. Me complica porque quiero poder disfrutar de otra forma”. Tras ello otra mujer dijo: “a mí también me pasa, pensé que era la única”. El hecho de poder compartir esa experiencia fue algo en sí muy sanador.