El Derecho a una Sexualidad Plena

Por Nicole Baumgartner L.

Considero que un primer paso fundamental es comprender e identificar las afectaciones en la sexualidad tras el abuso sexual, para así poder transformarlas o cambiarlas.

“Al identificar cómo fui heridx y qué me fue robado, puedo comenzar a hacer cambios”.

Si bien un primer paso se relaciona con el reconocimiento de los impactos en la sexualidad, la invitación es a la sanación de la herida sexual a partir de esa toma de conciencia.

Hace años, en el primer grupo para sobrevivientes de violencia sexual que realizamos con una colega terapeuta a quien estimo mucho, recibimos un gran regalo de parte de las participantes al finalizar el taller:

Una foto de un jarrón japonés con la siguiente frase:

“Los japoneses creen que cuando algo ha sufrido un daño y tiene una historia, se vuelve más hermoso, por eso reparan los objetos rotos con oro. En lugar de tratar de ocultar los defectos y grietas, éstos se acentúan y celebran, se han convertido en una prueba de la imperfección y la fragilidad, pero también de la resiliencia, la capacidad de recuperarse y hacerse más fuerte”.

Y creo que esa es la invitación, a embellecer y llenar de “riqueza” esas grietas. A desarrollar un “crecimiento post- traumático” y a reconstruir-nos para hacer de esos orificios de dolor una oportunidad creativa, para recorrer con luminosidad la sombra de esos huecos.

Todos estos impactos que hemos ido revisando no son determinantes y pueden ser trabajados si sientes que te incomodan y limitan la vivencia plena de tu sexualidad.

¡Por el derecho a una sexualidad plena tras el abuso sexual!